Hoy los Hermanos del Huerto nos hemos levantado aturdidos, nos hemos despertado de un sueño, del sueño de los dormidos, de un sueño que ningún cofrade hubiera soñado para un día como el de ayer, para un Miércoles Santo como nos hubiera gustado, hemos despertado de un sueño, pero no cualquier sueño, hemos despertado de un mal sueño.

Un sueño que nos dejaba huérfano a tantos y tantos Hermanos del Huerto, amigos, cofrades y Portuenses, huérfanos de poder disfrutar de otro Miércoles Santo, huérfanos de no poder sentirlos en la cercanía, de susurrarles a los oídos, de rezarles en la intimidad a ellos, a nuestro Señor Jesucristo en la Sgda. Oración en el Huerto, y de su bendita Madre María Santísima de Gracia y Esperanza.

Un sueño que nos arrebataba todo un Miércoles Santo, desde la Eucaristía de las 9 de la mañana, tan importantísima para nosotros, hasta nuestra Estación de Penitencia, un sueño que dejaba no solo a los Hermanos sin ella, sino a todos los Portuenses que, desde las aceras, desde los balcones, desde cualquier rinconcito de este Puerto Mariano, esperaban para rezar una oración, una oración hecha Esperanza.

Un sueño que este año, nos ha tocado vivir de una manera muy distinta a lo que estamos acostumbrados Hermanos, porque no ha habido contratiempo que nos haya dejado sin Miércoles Santo, pero ayer los Hermanos del Huerto estuvieron a la altura de las circunstancias, ayer los Hermanos disfrutamos el Miércoles Santo de una manera muy distinta y especial desde el confinamiento, cada uno en nuestras casas, cada uno a su manera y como dice el refrán “la procesión va por dentro”. Todo ello gracias a las redes sociales y a la enorme cantidad de mensajes de cariño, de apoyo, de aliento, de fotografías de nuestros Hermanos, que fuimos recibiendo durante todo el día, y que hicieron que este Miércoles Santo sea más llevadero.

Un sueño que nadie podía imaginar que nos sucedería, pero los cofrades, antes de que se declarará el Estado de Alarma, fuimos los primeros en adoptar medidas, medias drásticas, medidas duras, pero las aceptamos con una gran responsabilidad, para intentar parar la propagación de esta pandemia, dando un gran ejemplo a la sociedad, un ejemplo como cristianos creyentes que somos, ya que debemos de aceptar la voluntad de Dios, “no se haga mi voluntad sino la tuya”.

Un sueño mal sueño, que nos ha tocado vivir ayer Miércoles Santo, en el que no hubo nazarenos, ni costaleros, ni acólitos, ni música, ni pasos con nuestros Titulares, ni flores, ni estrenos, pero que, con la unión de todos nuestros Hermanos, hemos superado y que dentro de unos años recordaremos y será también historia de nuestra Hermandad, como una anécdota más, una anécdota de un mal sueño que vivimos los Hermanos del Huerto.

Gracias a todos por estar ahí, gracias por ser como sois, estar orgullosos de pertenecer a esta gran Hermandad, que el Señor del Huerto y su Bendita Madre, María Santísima de Gracia y Esperanza os bendiga, os proteja de este mal, con el deseo de que el año que viene disfrutemos todos de un nuevo Miércoles Santo, de un Miércoles Santo lleno de ORACIÓN Y ESPERANZA.